lunes, 11 de marzo de 2013

Tintin y yo

Desde que era pequeñito me he sentido fascinado por Tintin. Cuando era solo un niño leía una y otra vez sus historias imaginando que las aventuras que vivía el periodista belga eran reales y que los lugares que el visitaba podían visitarse en cualquier momento. Pero claro, igual me estoy adelantando. Igual mis lectores no conocen a Tintin. Os señalo un par de enlaces donde podéis encontrar todo lo que deseeis saber sobre la inmortal creación de Hergé.

Tintin en BDTheque
Catálogo de Tintin en Casterman

Si el francés no es vuestra lengua de referencia, os ofrezco un pequeño resumen es castellano de las andanzas del pequeño periodista:

Las aventuras de Tintin en pdf

Una vez ya sabéis quien es Tintin y lo que hizo, es momento de hablar del primer album que me fascinó completamente. Cuando lei La isla negra por primera vez, me enamoré de Escocia y quise buscar en esas islas oscuras y misteriosas. Y entrar en ese castillo lleno de misterio que se veia al final de esa portada gris y misteriosa. Incluso la ridicula faldita y la gorra con el pompon me parecían menos ridículos, menos estupidos de lo que eran en realidad.


Y no solamente me resultaban fascinantes las imágenes. También lo hacían los sonidos que no podía escuchar en las páginas mudas y silenciosas. Leyendo Las joyas de la Castafiore me resultaba imposible el no escuchar la voz de la Diva en una de sus arias más famosas. Y mi mente la escuchaba sin escucharla... escuchando algo así:

Y mi parte favorita eran los viajes. ¿Cuantas veces soñe con esos lugares increibles que nos mostraba Tintin. Soñe con el Tibet, con el Amazonas, con todos ellos. Si quieres ver alguno de ellos, te invito a que veas el siguiente video que muestra los paraisos terrenales que visitaba mi protagonista favorito.